Información, declaraciones, alarmas, memes, virales y fake news. Navegadores, abogados, influencers, médicos, presidentes, cuentas y arrobas por doquier. Diciendo, diciendo, haciendo la atmósfera de un clima.
Si las calles estaban plácidas y había ilusión de una naturaleza en paz, en nuestras pantallas todas, en nuestro territorio de supervivencia, se reproducía un coreografía caótica y acoplada de lenguaje en todos sus sentidos.
¿Qué escuchamos? ¿Cómo se sentía escuchar? ¿Vivir en ese ambiente saturado y en línea? Esa experiencia se pierde en los relatos, no entra en las narrativa, no se agota en los recuerdos que queremos recordar. Hace el ánimo y se va.
Además, tendemos a obviar del relato los absurdos y tonterías. Quizás por vergüenza. Quizas por querer olvidarnos animales frente al fuego de un rayo, rodeados de una algarabía terrible que oculta cualquier huida.
Quise guardar ese clima lingüístico en poemas. Orquestar un poco, dejar sonar otro tanto.
Ninguna de estas palabras me pertenecen.
Solo quiero compartirles la experiencia.
* Llamo a este corpus "esencial" porque es corpus completo es mucho más extenso